El desarrollo y, en general, la vida del ser humano se desenvuelve a través de sucesivas etapas que tienen características muy especiales. Cada una de ellas se funde gradualmente en la etapa siguiente. Sin embargo, no hay un acuerdo unánime para determinar cuántas y cuáles son esas etapas. Tampoco se puede decir cuándo comienza exactamente y cuándo termina cada etapa, pues en el desarrollo influyen diversos factores individuales, sociales y culturales. Por eso se dice que cada ser humano tiene su propio ritmo de desarrollo. En general, se considera que las etapas del desarrollo humano son las siguientes: Pre-natal
ETAPA DE LA JUVENTUD
Esta parte de la vida está comprendida entre la infancia y la edad adulta. Podemos hablar de tres rasgos en su desarrollo: a) desarrollo orgánico, b)desarrollo social y c) desarrollo espiritual. a) El desarrollo orgánico del joven modifica formas y funciones del cuerpo el cual se va transformando paulatinamente en adulto.
b) El desarrollo social del joven hacia la independización del hogar paterno y el familiarizarse con nuevas relaciones sociales es un proceso natural, radica en la propia naturaleza humana.
c) El desarrollo espiritual, a diferencia de los dos anteriores, no es un proceso natural, es un proceso cultural que se despliega en el juego conjunto de autoeducación y educación receptiva, con dificultades y esfuerzos orientados a conseguir la perfección. Precisando, además, de la maduración de funciones fundamentales como son las intelectuales, emocionales y volitivas; esto formará un adulto autónomo con valores y valoraciones, ideas e ideales orientados en un orden axiológico. Podemos dividir la etapa juvenil en cuatro fases:
- Prepubertad: en el sexo femenino comienza aproximadamente a los 10 y a los 11 en el masculino.
- Pubertad: 13 años y 14 años respectivamente.
- Crisis juvenil: 14 años para las niñas y 16 años para los muchachos.
- Adolescencia o juventud: para las jóvenes los 15 años y para los jóvenes los 17 años.
La juventud es el período que se encuentra entre la
adolescencia y la edad adulta pero ¿quién marca estos tiempos?
Hace tiempo, la edad de la adolescencia era
extremadamente corta, los chicos cuando ya eran capaces de cazar y las chicas de
procrear pasaban inmediatamente al mundo de los adultos. Existían ritos, según
culturas, que hacían de este paso algo natural. Hoy día puede que también
exista algún tipo de rito, como la primera borrachera, pero el verdadero rito es
empezar a trabajar y constituir una familia para que te dejen como miembro de
pleno derecho entrar en el mundo adulto, lo cual sucede casi a los treinta años,
como media general, esto lógicamente supone grandes conflictos. La juventud es el período que se encuentra entre la
adolescencia y la edad adulta pero ¿quién marca estos tiempos?
Hace tiempo, la edad de la adolescencia era
extremadamente corta, los chicos cuando ya eran capaces de cazar y las chicas de
procrear pasaban inmediatamente al mundo de los adultos. Existían ritos, según
culturas, que hacían de este paso algo natural. Hoy día puede que también
exista algún tipo de rito, como la primera borrachera, pero el verdadero rito es
empezar a trabajar y constituir una familia para que te dejen como miembro de
pleno derecho entrar en el mundo adulto, lo cual sucede casi a los treinta años,
como media general, esto lógicamente supone grandes conflictos.
En las culturas primitivas no existe un grupo social denominado "Juventud",
ya que en ellas el paso de la infancia a la edad adulta es directa.
El tipo de adolescentes se ve condicionado por el
desarrollo socioeconómico, en algunos países no sólo no hay
adolescencia, sino que a los cinco o seis años los niños no pueden ser
mantenidas por sus familias y pasan a vivir en la calle.
En los países desarrollados pasa justo lo contrario, se prolonga el tiempo de
acceso a la edad adulta; porque los jóvenes en nuestra sociedad no encuentran
los cauces, los medios y la posibilidad de entrar a formar parte de la sociedad
adulta, ya que para entrar en ella, hacen falta determinadas condiciones
económicas. Y mientras nos dejan hacemos adultos, nos sigue manteniendo la
familia.
Nuestra sociedad no obstante ha creado diversas actividades para ir
entreteniendo a los jóvenes en este proceso, como por ejemplo el
servicio militar ya extinguido, la formación perpetua post universitaria,
etc.
Las exigencias de la sociedad actual hacia el joven son
complejas y contradictorias. El mundo adulto asume las
funciones directivas en lo económico, lo político, lo cultural y los jóvenes
cada vez maduran antes, pues el ritmo de desarrollo físico y psíquico se
acelera, pero paralelamente cada vez se encuentran más obstáculos para
poder desarrollar sus potencialidades, empezando por un puesto de trabajo que es
lo que marca el rol adulto.
Cada sociedad tiene su determinado tipo de jóvenes, en la actualidad
la crisis económica, el paro, la miseria, la falta de expectativas, de
ilusiones, han tachado con cierto cinismo a nuestra juventud de
apática. Es por esto, que en nuestra época la juventud se
desentiende de una política que no le ofrece expectativa, ni posibilidades, y es
por ello que los jóvenes se retraen de su grupo juvenil.
Hoy hay un gran número de jóvenes que se plantean el hecho de
trabajar para poder vivir, y no vivir para trabajar,
entendiendo el vivir en dimensiones cualitativas de la vida, una nueva actitud
hacia estilos de vida diferentes, una recuperación del disfrute de la vida,
desde goces elementales, relaciones interpersonales, disfrute de la música, un
trabajo gratificante.
Es lógico pensar que si el joven no tiene lugar en esta sociedad, no nos
deberíamos permitir pasar de ella.
Apatía política, escepticismo respecto a la
eficacia y moralidad de las instituciones, desmovilización
social, son características de los jóvenes junto con otras como el
valor concedido a la amistad, el amor, la
expresión personal, respeto a la naturaleza,
solidaridad, paz, tolerancia.
En las culturas primitivas no existe un grupo social denominado "Juventud",
ya que en ellas el paso de la infancia a la edad adulta es directa. El tipo de adolescentes se ve condicionado por el
desarrollo socioeconómico, en algunos países no sólo no hay
adolescencia, sino que a los cinco o seis años los niños no pueden ser
mantenidas por sus familias y pasan a vivir en la calle. En los países desarrollados pasa justo lo contrario, se prolonga el tiempo de
acceso a la edad adulta; porque los jóvenes en nuestra sociedad no encuentran
los cauces, los medios y la posibilidad de entrar a formar parte de la sociedad
adulta, ya que para entrar en ella, hacen falta determinadas condiciones
económicas. Y mientras nos dejan hacemos adultos, nos sigue manteniendo la
familia. Nuestra sociedad no obstante ha creado diversas actividades para ir
entreteniendo a los jóvenes en este proceso, como por ejemplo el
servicio militar ya extinguido, la formación perpetua post universitaria,
etc.
Las exigencias de la sociedad actual hacia el joven son
complejas y contradictorias. El mundo adulto asume las
funciones directivas en lo económico, lo político, lo cultural y los jóvenes
cada vez maduran antes, pues el ritmo de desarrollo físico y psíquico se
acelera, pero paralelamente cada vez se encuentran más obstáculos para
poder desarrollar sus potencialidades, empezando por un puesto de trabajo que es
lo que marca el rol adulto. Cada sociedad tiene su determinado tipo de jóvenes, en la actualidad
la crisis económica, el paro, la miseria, la falta de expectativas, de
ilusiones, han tachado con cierto cinismo a nuestra juventud de
apática. Es por esto, que en nuestra época la juventud se
desentiende de una política que no le ofrece expectativa, ni posibilidades, y es
por ello que los jóvenes se retraen de su grupo juvenil. Hoy hay un gran número de jóvenes que se plantean el hecho de
trabajar para poder vivir, y no vivir para trabajar,
entendiendo el vivir en dimensiones cualitativas de la vida, una nueva actitud
hacia estilos de vida diferentes, una recuperación del disfrute de la vida,
desde goces elementales, relaciones interpersonales, disfrute de la música, un
trabajo gratificante. Es lógico pensar que si el joven no tiene lugar en esta sociedad, no nos
deberíamos permitir pasar de ella. Apatía política, escepticismo respecto a la
eficacia y moralidad de las instituciones, desmovilización
social, son características de los jóvenes junto con otras como el
valor concedido a la amistad, el amor, la
expresión personal, respeto a la naturaleza,
solidaridad, paz, tolerancia.